viernes, 12 de diciembre de 2008

De cumpleaños decembrinos.

En este mes de Diciembre cumplimos años tres generaciones: yo, el 27, Rubén mi hijo, recién el 10 y Estefanía, mi nieta, el 17. Estaré por allá en Puebla para pasarlo con ella ya que el 10 comimos Rubén, su familia y yo aqui en mi casa y el 27 estaremos todos festejando mis primeros 66 años.

Me he sentido un poco cansada, no encuentro una causa específica pues no hago demasiadas cosas, aunque la limpieza de la casa y la compra de las provisiones que hago en sitios cercanos a mi casa, me causan un poco de fatiga, ¿será la edad? ¿empieza ya a hacer estragos?

¡Qué extraño! Uno no siente el correr del tiempo y solo los espejos y las caras de asombro de los amigos que no se han visto por un largo tiempo lo hacen a uno afrontar la realidad de su paso, inexorable y obligatorio; eso no implica que se deba sentir la vejez como algo doloroso, pienso que al contrario es un momento para recapacitar y aprender a disfrutar más aún, la vida. Pero a veces, el cuerpo reclama y es ahí cuando ocurren los cansancios y los ahogos y los....todo lo demás. En fin, me siento cansada pero bien, contenta, llena de posibilidades y a punto de encontrarme con algo que me dará una nueva perspectiva, siento que algo va a llegar a mi vida, no sé qué pero estoy segura que será para bien.

Sigo creciendo, leo, practico mis lecciones del "Curso de Milagros", me entero de lo que pasa en el mundo, bueno no mucho porque me molestan las noticias de violencia y, en México todo lo que tiene que ver con ese dizque presidente ladrón y sus achichincles, pero cómo disfruté la llegada de Obama a la presidencia de los Estados Unidos, eso da idea de un cambio, de que algo excelente va a pasar. ¡Qué cosa! Estoy desvariando, brinco de una idea a otra sin concierto ni hilación. Me voy pero amenazo con volver...

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