sábado, 17 de enero de 2009

De visitas y visitantes.

Tengo una hija de cariño que conocí hace 15 años en Puebla y a quien he querido por su ser, por su capacidad de dar y porque se lo ha ganado. Hace un mes que estuve por allá la ví y me platicó que estaba pasando por un mal momento, la invité a pasar unos días conmigo y nos vinimos a Cuernavaca, estuvo menos de un día porque la requerían en su casa, pero quedó de regresar y asi lo hizo. Está aquí conmigo, ella, su hijo más pequeño de nombre Surya, como el Dios Sol hindú y el que ahora es su pareja, un hombre bueno que la quiere. Por supuesto que está viviendo algo difícil y sobre todo porque el niño, consentido por todos en su casa y con la carencia de manifestaciones afectivas de su padre y la ausencia, por trabajo de su mamá, ha reaccionado de una manera muy conflictiva que ha puesto a todos en un estado de stress muy fuerte.

Yo ya estaba tranquila, sola, sin complicaciones y por alguna razón me llega ésto, ahora debo dilucidar qué es lo que tengo que aprender con esta lección.

2 comentarios:

La Lobita dijo...

Un beso y un abrazo solidario a mi querida "hermana", enviándole todo mi amor y energía positiva para que pronto se solucionen las cosas. Ánimo, no estás sola. Y todo, eventualmente, regresa a la normalidad. No desesperes, habemos muchas personas que te queremos ;)

Ana María Laris dijo...

Gracias hija, se lo diré y estoy en contacto.