martes, 25 de agosto de 2009

De mi padre

Mis papás, el día de su boda

Hoy hace 17 años mi papá inició el viaje sin retorno... Su última enfermedad me permitió estar con él y cuidarlo... Mi hermana Lou y yo vivimos esos dos meses que estuvo enfermo consintiéndolo y complaciendo sus deseos. Al principio no sabíamos cuál era el mal que lo aquejaba pero después de una serie de estudios y al final una operación exploratoria, se supo que el cáncer lo había atacado por varios frentes y que ya no era posible hacer nada; tanto ella como yo tomamos la decisión de que solamente se le mantuviera con el menor dolor posible y así se hizo. Murió sin perder la conciencia y estuvimos siempre a su lado.

Fue un buen hombre, estuvo alejado de nosotras, mi mamá, mi hermana y yo por un tiempo corto a causa de una infidelidad, pero cuando volvió nos dedicó tiempo, nos enseñó a disfrutar de la buena música, la literatura, el cine y el teatro y aunque siempre tuvo el ojo alegre, como se dice, se mantuvo firme en su matrimonio y trató de vivir en paz y armonía.

Años después, con mis hijos, volvió a compartir sus gustos... sobre todo con Ana, la mayor, a la que enseñó a amar la belleza.

Hoy lo recuerdo dulcemente... Papá, donde estés, te amo.

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