Estuve en México la semana pasada y tuve la fortuna de comer en días diferentes con dos amigos queridos, el miércoles con Paco con quién compartí risas y recuerdos y el viernes con Emilio a quién amo con un amor más allá del tiempo y la distancia. Hablamos como si nos hubiéramos dejado de ver ayer y ya habían pasado 11 años, no lo podía creer pero si, todo ese tiempo y solamente comunicados por el correo electrónico, por el teléfono pero sin el contacto físico, sin vernos; fue maravilloso sentir que existe un vínculo que no se rompe ni por los años pasados ni por los kilómetros que nos puedan separar.
Gracias a los dos. Gracias por ser, por estar.
PISTA DE CARRERAS MARCIANA
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| *Cuento* |
*©2020, Ana Delia Carrillo*
Desde la azotea de su casa, a lo lejos, vio despegar la última nave del
día. A los pocos minutos era solo u...
Hace 2 años